Quienes ubican a Gonçalo M. Tavares como
una de las voces más singulares y talentosas de la literatura presente y futura
no exageran. En el camino de Ítalo Calvino, Fernando Pessoa y Enrique
Vila-Matas, pero también de tantos otros, el escritor portugués nacido en
Angola brilla con un farol que le pertenece.
Sus personajes son escritores, casi
siempre (o al menos llevan nombres de escritores), y viven la vida en la medida
en que pueden hacerlo, es decir, como pura ficción.
En su libro Los señores (Interzona) lo que hay es El Barrio, ese
espacio-no-espacial, ese tiempo-no temporal en el que Borges y Balzac asisten
juntos a conferencias dictadas por Eliot. Ese barrio es y no es y a menudo
existe más por lo que calla que por lo que cuenta.
Parte del encanto de la literatura de
Tavares está en la economía de recursos, en la elección de las palabras, y en
la brevedad a la que recurre para contar todo lo que quiere contar, y pensar
todo lo que quiere pensar. Además, el portugués es un lector inteligente y con imaginación, y traslada esas virtudes a su escritura.
Ungido por José Saramago y Alberto
Manguel, entre muchos otros, Gonçalo M. Tavares es una grandísima noticia para
quienes indagan en un futuro posible para las letras del mundo. Salud.
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